Cristián Gárate

I opened the blog with the hope to contribute with my perspectives to the common issues of our present societies.

Tuesday, June 06, 2006



Educación para la Investigación y Desarrollo (I & D) en Ciencia y Tecnología (C & T)


El año 2006 puede marcar para Chile el comienzo de una nueva era de reformas educativas diseñadas a resolver los complejos problemas de cobertura, equidad y calidad del sistema nacional de educación. Como resultado de las graves manifestaciones de los estudiantes de Educación Básica, Media, Universitaria y contando con el apoyo de los Centros de Apoderados, el Colegio de Profesores, Empleados Públicos y la Central Unitaria de Trabajadores, se ha llegado a un consenso en la necesidad de generar un verdadero Acuerdo Nacional para la modernización de la educación a nivel primario y secundario con alcances en el nivel terciario. Dicho consenso comenzó con una urgida negociación entre el Ministro de Educación y los representantes de los Alumnos, con los cuales se llegó a una Agenda Corta, para apagar las llamas encendidas por los educandos, que derivó en una serie de ofertas en materia de subvenciones y subsidios fiscales para el transporte, alimentación y prueba de selección universitaria. No obstante, la Agenda Larga debe contemplar una verdadera reorganización y descentralización del sistema educativo nacional; el establecimiento de nuevas directrices para la formación y evaluación de profesores; y la reformulación de contenidos, adquisición de nuevos materiales y mejoras de infraestructura educativa. Si el programa anunciado por la Presidenta Bachelet cuenta con la base política necesaria en el Parlamento, las reformas debieran desembocar en la aprobación de modificaciones sustanciales a la Ley Organica Constitucional de Educación (LOCE), que permitan sostener un nuevo enfoque del rol del Estado en el ámbito educacional.


La oportunidad presente consiste en aprovechar el impacto de las revueltas que están ocurriendo en las calles para generar un diálogo propositivo entre los actores sociales. Lo anterior, sumado a un eventual consenso de la clase política, facilitaría la introducción de modificaciones permanentes en el sistema educacional Chileno. Con todo, la esperada reforma de la educación no es un asunto aislado y debe discutirse desde la perspectiva de la inserción de Chile en el contexto económico mundial, como estrategia para salir del subdesarrollo. Por una parte, la reforma requiere la asignación de recursos urgentes en la forma de subsidios y becas dirigidos a paliar el costo de transporte, alimentación, matrículas y mensualidades en los establecimientos de enseñanza primaria y secundaria y costo de prueba de entrada a la universidad. Con todo, en el largo plazo el sistema educacional requiere una readecuación profunda de contenidos y calidad de estudio, acompañados de una mejora en la formación de los docentes y mejores mecanismos de evaluación académica para monitorear los resultados. Estos dos objetivos de largo plazo deben articularse en torno al concepto de Educación para la Investigación y el Desarrollo, como estrategia para la inserción de Chile en el concierto económico mundial.

La Presidenta y los Parlamentarios tienen la responsabilidad de colaborar para diseñar una verdadera Política Nacional de Educación para la Investigación y el Desarrollo, que le permitan a nuestro país generar recursos humanos laboralmente y económicamente competitivos, antes de la segunda mitad del siglo XXI, en la perspectiva de la inserción de Chile en el mercado global y en sintonía con la postulación de Chile a la OCDE. La Política Nacional de Educación debe establecer condiciones para que muchos más estudiantes tengan posibilidad real de salir del actual subdesarrollo mental y cultural; y así, al cabo de su formación puedan insertarse en el mundo laboral utilizando la información y el conocimiento disponible en forma creativa y productiva. Hoy día, la evidencia muestra que el país ocupa un lugar paupérrimo en el contexto internacional, con respecto a la calidad de la educación primaria y secundaria. Aún cuando existe un nivel relativamente bueno a nivel de la educación terciaria de pregrado, la penetración de la educación terciaria de postgrado es baja. A mayor abundamiento, existe escasa inversión en Investigación y Desarrollo en Ciencia y Tecnología, tanto por parte del sector público como privado.

Estos fenómenos son síntomas de una misma enfermedad: el sistema educacional actual presenta falta de dirección de la carga académica en contenidos focalizados en la Investigación y Desarrollo en Ciencias Sociales y Ciencias Naturales; además, el sistema de educación presenta ineficiencias en la asignación de los escasos recursos financieros disponibles; igualmente, hay mala utilización y distribución del periodo que debe durar cada fase de estudio de los alumnos; y los contenidos educativos están desalineados con la demanda laboral, lo que genera recursos humanos poco competentes para el nivel de crecimiento económico proyectado. A mi juicio, esto se debe a la ausencia de políticas educativas claras y determinantes en la generación de capital humano con un nivel socialmente igualitario, de genero paritario y con una garantía de competencias o destrezas mínimas, adecuadas a las necesidades del país en Investigación y Desarrollo de las Ciencias Sociales y Ciencias Naturales, con miras al desarrollo Científico y Tecnológico. Es decir, el sistema primario, secundario y terciario de educación ofrece falta de focalización y escasa cobertura de contenidos curriculares mínimos destinados a la Educación para la Investigación y Desarrollo. Como resultado, hay un desalineamiento respecto de lo que los sectores públicos y privados necesitan a nivel de competencias intelectuales que necesariamente redundará en las expectativas de crecimiento economico. El problema mayor es que hoy Chile se enfrenta con las exigencias que impone el libre comercio con Europa, China y el NAFTA, que son economías que tienen un gran desarrollo en ciencia y tecnología, basado en su capital humano. Ha sido un hecho en cierta medida irresponsable, el que hasta ahora no se hayan adoptado urgentes medidas para corregir la educación en Chile, tras la estrategia de apertura económica, la firma de los acuerdos de libre comercio, convenios de doble tributación, acuerdos bilaterales de inversión y aplicación de las normas contenidos en los acuerdos de la OMC. En las actuales condiciones nuestro país está en una desventaja absoluta con Europa, Asia y América del Norte, basada la escasa inversión en educación para la Investigación y el Desarrollo.





Para visualizar teóricamente la posición actual se puede pensar en un esquema de cuatro cuadrantes. Chile se encuentra hoy en el cuadrante 2, marcado por la inexistencia de una Política Nacional de Educación para la Investigación y Desarrollo en las Ciencias Sociales y Ciencias Naturales, con miras al desarrollo Científico y Tecnológico. Esto, unido a una baja inversión pública y privada en Investigación y Desarrollo mantiene al país con Metas de Baja Calidad, comparadas globalmente. Así, necesariamente se generan recursos humanos incompetentes para las expectativas de crecimiento económico. Al contrario, la situación a la que se debe tender es a situarse en el cuadrante 4. Para ello se debe establecer una Política Nacional dirigida a la formación de recursos humanos competentes para la Investigación y el Desarrollo, con miras a la Innovación, la Ciencia y la Tecnología. Esta política, debe ser sumada a una mayor inversión pública y privada en Investigación y Desarrollo, con Metas de Alta Calidad comparadas globalmente. Así, necesariamente el país propenderá a un mayor crecimiento económico con una educación que precognice la igualdad de oportunidades y mayor equidad social.

En síntesis, de la posición actual se colige que:

a) La capacitación primaria, secundaria y terciaria es inadecuada para generar recursos humanos aptos para la Investigación y Desarrollo en Ciencia y Tecnología; y,

b) Los recursos públicos y privados destinados a Investigación y Desarrollo en Ciencia y Tecnología son insuficientes en comparación con el tamaño del sistema educativo Chileno y las necesidades de crecimiento económico existentes.

El foco de la Educación para la Investigación y Desarrollo debe basarse en aquellos aspectos de enseñanza escolar básica y media que permiten al alumno utilizar la información y el conocimiento para iniciase sistemáticamente en la investigación básica y aplicada, destinada a proveer soluciones a sus propias necesidades escolares. Este es el primer paso, para poder potenciar la Investigación y Desarrollo desde el nivel escolar. Para ello, es necesario capacitar a profesores y docentes en la metodología científica, que les permita traspasar este conocimiento a los alumnos. En consecuencia, se requiere también modificar el foco de contenidos en las carreras de pedagogías básicas y mejorar la formación docente universitaria. Asimismo, se requiere un sistema de evaluación pedagógica, docente y académica adecuado para monitorear avances en todos los niveles de educación pública y privada.

La Educación para la Investigación y el Desarrollo no requiere que todos los escolares lleguen a una formación técnica o universitaria, que los convierta en investigadores o científicos con capacidad para generar ciencia y tecnología. En un principio, se trata que los estudiantes primarios y secundarios alcancen una formación técnica o universitaria normal y sean capaces de trabajar con la información y el conocimiento disponible, para generar soluciones o aplicaciones en su entorno inmediato (casa-colegio-empresa). Desde este punto de partida, un porcentaje de esos estudiantes puede proseguir con una educación de postgrado con alto nivelde especialización, que les permite trabajar en centros públicos o privados de Investigación y Desarrollo dedicados a la innovación tecnológica. La decisión del estudiante sobre qué camino escoger depende del interés generado a nivel escolar, la activación de sus destrezas personales, la percepción de la oferta laboral y el nivel de sus remuneraciones. El currículum educacional juega un rol importante a la hora de incrementar el interés por la Investigación y Desarrollo en Ciencia y Tecnología. Experiencias negativas en el colegio, debido a programas poco interesantes y a la inadecuada formación de profesores y docentes, tienen un efectivo negativo en el estudiante.

En el presente, las carreras que requieren de conocimientos en Ciencia y Tecnología tienen una gran competencia frente a otros estudios menos especializados a nivel de Educación Superior. En Chile este fenómeno se comenzó a observar desde principios de la década de los 80, cuando la liberalización total de la enseñanza produjo una anarquía total en la oferta de carreras y una estampida hacia el área de las Ciencias Sociales y Económicas (Derecho, Periodismo, Psicología, Sociología, Ingeniería Comercial, Administración Pública etc), donde muchos alumnos han visto frustrados sus esfuerzos intelectuales y financieros. Consecuentemente, en Chile es necesaria la introducción de una política nacional de educación, que promueva el desarrollo de capacidades y aptitudes desde la etapa escolar, incentivando las carreras que vayan acorde con el desarrollo económico del país, como ha sido en otras economías emergentes de Asia (Korea, Singapur, sur de China). En estos últimos casos, la educación primaria y secundaria se articula en torno a objetivos nacionales y posibilita a los estudiantes optar por una educación terciaria cada vez más orientada a la Investigación y Desarrollo, conforme a los requerimientos industriales y tecnológicos del país. Esto es particularmente visible en una gran cantidad de trabajadores con educación técnico- profesional formados en áreas de la ciencia e ingeniería aplicada, matemática e informática, que forman la base de los estudiantes que reciben una educación primaria y secundaria para la Investigación y Desarrollo.


Ergo, se requiere que el Estado de Chile actúe como un Articulador de Competencias, con una Política Nacional de Educación destinada a dar prioridad a aquellas áreas de formación donde hay más demanda de trabajadores especializados. Esto se logra con una adecuada información y diseño de políticas coordinadas inteligentemente entre el Ministerio de Educación, Ministerio de Hacienda y Ministerio del Trabajo, en conjunto con las Universidades, Institutos, Centros de Formación Técnica y Profesional y la Empresa Privada e Inversionistas Extranjeros. Con esta información la Política Educacional para la Investigación y Desarrollo debiera determinar los criterios, acentuar los contenidos a nivel de enseñanza primaria y secundaria, como también determinar la apertura de nuevas alternativas académicas a nivel terciario, con carreras técnicas, universitarias y estudios de postgrado. Las políticas nacionales de educación deben propender a un alineamiento de la demanda por trabajadores especializados, con la oferta de carreras universitarias y de formación técnico- profesional. Asimismo, esto ayudaría a solucionar el problema de desempleo estructural, que en parte se explica por falta de determinación de políticas públicas destinadas a facilitar el cruce entre la demanda del sector privado, con la oferta de trabajadores especializados, de acuerdo a las necesidades de la industria nacional.

Aparte, es un hecho que el crecimiento económico acrecienta la demanda por conocimientos más especializados, incluyendo la necesidad de contar con recursos humanos competentes en Investigación y Desarrollo para la Ciencia y Tecnología. Si dichos recursos humanos no se generan en los próximos años en nuestro país, tendrán necesariamente que procurarse por el sector público y privado en el exterior, lo que aumentará las fuentes de roce social, por la necesidad creciente de inmigración, habiendo recursos humanos nacionales subutilizados. Asimismo, las empresas que no cuenten con recursos competentes, se verán forzadas a contratar laboratorios e investigadores en áreas de ciencia y tecnología en el exterior.

En definitiva, el desafío del gobierno y los parlamentarios es a sensibilizar la realidad educacional (en jerga chilena: ¡parar las antenas!) y comenzar a debatir sobre estas importantes reformas, pensando más allá de sus respectivos mandatos políticos. Hoy, existe la oportunidad histórica, el tema tiene prioridad máxima, se pueden aprovechar los recursos fiscales y hay voluntad para realizar estos urgentes cambios de la forma más eficiente con el objeto de colaborar con el desarrollo de Chile al que aspiramos para el final del siglo XXI.